Filosofía Ciudadana no es un libro de filosofía (como típicamente consideramos un libro de filosofía) aunque sí es un libro de un filósofo. Un libro que podría caracterizarse de varias maneras:
- 113 píldoras para pensar (según el propio autor)
- 113 fragmentos de racionalidad
- 113 excusas para actuar
- 113 cachetazos
- 113 relaciones entre ciencia, tecnología y política
- 113 razones para ilustrarnos
- 113 argumentos para ser menos estúpidos
- 113 fragmentos iluminados
- entre otras
Me arrepiento: Filosofía Ciudadana es un libro de filosofía. Una filosofía que deja entrever las aspiraciones de Miguel Ángel Quintanilla para que este mundo sea mejor. En sus pensamientos cortos se vislumbra coherencia, y un sistema de pensamiento que es capaz de analizar sus preocupaciones genuinas por diversos temas de actualidad.
El hecho de que haya elegido la condición de ciudadanía para estas observaciones no es un detalle. En el marco de la ciudadanía estamos con los demás, y debemos considerar estas relaciones en todas sus formas. Quintanilla se ha ocupado desde la academia y también desde el gobierno de los asuntos públicos asociados a esto, y ha puesto especial atención a algo que ha sido invisible durante muchos años: la ciencia y la tecnología. De hecho fue un pionero iberoamericano en ponerlo de manifiesto, con todo éxito: muchos partimos de su sistema de ideas para seguir desarrollando las nuestras.
Cuando la ciencia y la tecnología logran entrar en la arena pública se multiplican las cuestiones y los problemas (en la academia, y en la sociedad). Cada fragmento logra entremezclar en forma simple y directa ambas cosas. Cada fragmento, cada píldora, nos deja un nuevo problema, una forma de analizarlo, una forma de actuar, una forma de situarnos como ciudadanos frente eso, y seguramente más preguntas.
Quintanilla refuerza permanentemente la necesidad de que nos formemos en Cultura Científica y en Cultura Tecnológica, cuestión que hoy se encuentra en un estado lamentable en la formación general, y que impide el desarrollo de ciudadanos que puedan tener juicios libres frente a vidas inundadas de tecnologías. La incorporación de un juicio formado implica responsabilidades, y esto también es parte de cierto “llamado a la acción” que propone Filosofía Ciudadana.
Cada píldora ocupa en promedio una página. En tiempos de economía de la atención, no parece ser un costo elevado, y menos si propone preguntas que no nos hemos hecho. Incluso es atractiva la idea de leerlas al azar, con nuestro hijos, comentando las observaciones con amigos, o trabajando los fragmentos en las aulas.
Me corrijo: no es un libro de filosofía que propone un sistema que aterriza sobre la realidad, sino que es un libro de filosofía que habla de la realidad y que, hilvanando los fragmentos, constituye una base crítica para mirarla.